lunes, 1 de abril de 2013

Mariana Celina López Franco. La sociedad consumista



La sociedad consumista
Mariana Celina López Franco

El comportamiento del consumidor es el que describe cómo los individuos o grupos en la sociedad seleccionan los productos, los compran, utilizan o disponen  de ellos, así como describe las necesidades que motivan estos comportamientos.
Se considera a los consumidores como la audiencia para el proceso de comunicación ya que si a una persona le gusta un producto, por ejemplo, puede hacerle propaganda hablada y con esto se busca dar un mayor alcance de cómo esta respuesta del consumidor da un mensaje y afecta la toma de decisiones de los demás acerca del producto, a todos nos ha pasado que tomamos en cuenta las opiniones de personas cercanas que ya han probado cierto producto y te dicen si para ellos es bueno o es malo, esto te da impulso para comenzar a ser parte de la audiencia del consumidor, o no serlo. Normalmente creemos que nosotros como seres humanos somos los únicos responsables al tomar nuestras decisiones en todo aunque en realidad, de lo más básico a lo más complejo, nos llegan ciertas actitudes ajenas a las nuestras que nos hacen pensar y actuar de cierta manera, muchos factores afectan la forma en que un individuo toma las decisiones sobre un producto en respuesta a un mensaje publicitario. La cultura está conformada de artículos tangibles como el arte, la  literatura, los edificios, muebles, la manera de vestir y la música, y los conceptos intangibles como la historia, el conocimiento, las leyes, la moral y las costumbres, definen juntos a un grupo de personas o una forma de vida. La cultura se aprende y se transmite de una generación a la siguiente y los límites que cada una que  establece para el comportamiento se llaman normas, la cultura y la sociedad donde se es criado afectan los valores y opiniones de cada quien, a estos grupos que nos llenan de influencia se les llama grupos de referencia y los principales son el ambiente familiar y de amigos, ya que son los más cercanos a nosotros. La religión también influye en la manera que nosotros somos criados, las prioridades que tomamos y la forma en la que nos comportamos y damos uso a ciertos productos.
Incluso la región, la zona en la que vivimos nos da cierto estereotipo, si vivimos en una ciudad probablemente compraremos zapatillas, ropa de moda etc. Sin embargo, si vivimos en una ranchería lo más adecuado sería comprar botas vaqueras que no se hundan en el suelo, ropa cómoda para poder cabalgar y realizar actividades “pesadas”. Si vivimos en un lugar caluroso encontraremos a nuestro alrededor muchas tiendas con productos como bloqueador solar, sandalias, y tiendas de ropa que sirva para no pasar tanto calor. Y lo mismo para el frío, las actividades como esquiar, hacer muñecos de nieve y comprar cosas que nos sirvan para salir de casa y no pasar frío van a ser las más adquiridas.
Sería ilógico vivir en un lugar caluroso y comprar ropa de invierno, o viceversa.
Consumidores

Los consumidores son personas que compran o en su defecto sólo utilizan productos para satisfacer sus necesidades que son las fuerzas impulsoras básicas que motivan a la gente a hacer algo, cada persona tiene su propio conjunto de necesidades únicas, las necesidades básicas (fisiológicas) se consideran como principales ya que para hacer cualquier cosa debemos sentirnos bien, esto se logra cumpliendo con horas de descanso, alimentación, aseo, etc. Abraham Maslow  llamó a todas las necesidades secundarias sociales, egoístas y de auto-realización porque aunque no son primordiales también juegan un rol importante en la vida del ser humano para sentirse seguro y aceptado por la sociedad. Siempre buscaremos sentirnos protegidos con un trabajo que pueda proporcionarnos dinero suficiente para tener una vivienda, comprar ropa que nos cubra del frío, pero aún con las mejores intenciones caemos en lo que es la aceptación y, aunque el suéter que compremos sea el más calentito del mundo parece que si no es de buena marca no nos va a servir, nos sucede la mayor parte del tiempo y a veces lo hacemos de manera inconsciente y volviéndonos dependientes de una marca, nos hacemos clientes de ella y, aunque el producto no sea necesario lo queremos y creemos “necesitarlo” para demostrar que tenemos un estilo de vida que permite darnos lujos etc. Al no sentirnos aceptados por la sociedad o simplemente tristes, deprimidos, enojados, felices, etc caemos en un gancho de la mercadotecnia que quiere vendernos felicidad. El estado de ánimo entra en influencias psicológicas que motivan a las personas a comprar o adquirir algún producto.
Pocas son las familias que conozco y consumen alimentos de su propia cosecha creyendo que no son compradores como los demás, pero en realidad siguen adquiriendo otros tipos de productos que pueden ayudarles a realizar cierta actividad como los fertilizantes, redes, canastas etc. Para que sus cosechas estén limpias y bien hechas.
En pocas palabras, existen demasiados factores que influyen en nuestras decisiones al hacer compras, somos una sociedad consumista, ¿por qué compramos? Porque lo necesitamos, por gusto, por intentar llenar algún vacío.

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