La mayor parte de la humanidad vive anhelando el éxito a
través de la perfección.
Desde un músico con su más impecable nota, hasta un médico
con un correcto diagnóstico. Todos sin excepción alguna, estamos en la
constante búsqueda de la excelencia.
Pero ¿Qué pasa cuando nuestra imaginación queda limitada?,
¿En dónde quedan nuestras ideas? o ¿Por qué afirmamos que lo diferente
distorsionará nuestra “apática” forma de vida?
Es muy sencillo, nos convertimos en seres frustrados llenos
de desconfianza y con múltiples temores.
En la actualidad, estamos inmersos en una realidad
competente, en la que tomar un riesgo para innovar podría resultar peligroso o
en otro caso majestuoso. Esto dependerá únicamente de nosotros mismos y de qué
tan capaces seamos para dejar a un lado la semejanza y marcar al mundo con una
nueva esencia.
La creatividad es una herramienta con la que todos contamos,
pero muy pocos sabemos explotarla. Este proceso creado por la mente va más allá
de la acción e implica el estudio y la reflexión como base de toda creación.
Ponerla en marcha quizás no sea una tarea sencilla, pero debemos recordar que
la práctica hace al maestro.
Con pequeños pasos, se puede alcanzar lo imposible, no
debemos frustrarnos si las cosas fallan porque con ese error adquiriremos el
conocimiento necesario para mejorar más adelante. Tomen nota, el fracaso no es
fatal.
El miedo a fracasar inunda cada parte de nuestro ser y preferimos
conservar una idea aunque seamos
infelices. Posiblemente los daños no sean notorios, pero en un futuro no
sabremos cómo actuar o inclusive cómo defendernos, ya que siempre fuimos
dependientes de la percepción del otro privándonos de nuestra racionalidad.
Un tema que vale la pena resaltar es la experiencia. El
hecho de haber presenciado, sentido o conocido algo, nos da ventaja sobre los
demás. En el sentido de que no sólo fuimos espectadores del acontecimiento,
sino actores dentro del núcleo en el que se desarrolló la historia.
No se debe dudar en romper con los esquemas, en probar, en
experimentar, en conocer, todo cambia
nada es permanente. Todo se rige por medio de ciclos, unos se abren otros se
cierran, pero siempre habrá una oportunidad más para volver a comenzar.
De ahora en adelante considerémonos como simples
exploradores, que van de aquí a allá con
pasos firmes, con un objetivo en mente y tomemos los riesgos que sean
necesarios.
La inteligencia no se mide con una calificación, ser
inteligente es saber tomar las mejores decisiones en el trayecto de la vida.
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