domingo, 31 de marzo de 2013

¿En la publicidad TODO se vale?


Actualmente es muy necesario el destacarse a través de la publicidad, es la herramienta con la cual los vendedores se dan a conocer al mundo, muchos productos han tenido demasiado éxito con la ayuda de este recurso, pero asi como han tenido efectos positivos, también los hay negativos,  a veces sucede que un buen producto, superior en prestaciones a sus adversarios, ha desaparecido del mercado por no haber realizado una buena publicidad del mismo. Sin embargo aquí surge una incognita: ¿En la publicidad todo se vale?
Se cree que la publicidad es una fuerza buena en la sociedad, se analizan las preocupaciones sociales y las preguntas éticas que constituyen un marco más amplio para un análisis de la función que desempeña en la sociedad moderna pero en muchos casos no es así.

La publicidad no debe ser nunca engañosa, ni "por obra" ni "por omisión"; tanto en el mensaje como en la forma de transmitirlo, también buscará siempre aportar algo positivo a la convivencia entre los seres humanos, y de estos con su entorno, el planeta, por lo tanto quedará excluido de ser publicitado todo aquello que de una u otra manera, directa o indirectamente, fomente la degradación física o moral del ser humano, el enfrentamiento de unos contra otros, o el deterioro del medio ambiente.


¿La publicidad crea la cultura o la refleja? ¿ Qué lleva a los consumidores a comportarse como lo hacen o a creer en algo? Los críticos de la publicidad tienden a creer que ésta tiene el poder de formar tendencias sociales y la manera en que la gente piensa y actúa. La publicidad y los valores de la sociedad son interactivos, la publicidad que refleja y la publicidad que forma valores.
La ética es un sistema de principios morales que dirige las acciones y crea un sentido de conducta responsable. ¿Es ético incluir en un anuncio un doble significado o ilustraciones que presentan a la gente en situaciones negativas estereotipadas? ¿Está bien exagerar la verdad al hacer una afirmación sobre un producto? ¿Es válido criticar el producto de un competidor aun cuando sabe que es básicamente igual al propio? Ciertos anuncios pudieran tener mal gusto en cualquier circunstancia, las reacciones del espectador se ven afectadas por factores tales como la sensibilidad a la categoría del producto, el momento en que se recibe el mensaje y si la persona está sola o con otras al ver el mensaje.



Aquí surge la forma en la que idealizamos a alguien, la entrada de los estereotipos a través de la publicidad es un recurso que indirectamente lo usan demasiadas empresas para poder manipular a las personas (ya sea llevándolas a que compren un servicio, un producto porque les conviene o se les ve mejor).
Un estereotipo es la representación de un grupo cultural que acentúa un rasgo que comunica o no una representación exacta del mismo. A veces el estereotipo es útil, y ayuda a la comunicación usando significados simbólicos que se entienden fácilmente pero algunas veces el estereotipo se basa en una característica que es negativa o exagerada.Las afirmaciones publicitarias se consideran poco éticas si son falsas, manipuladoras o engañosas. Los anunciantes a veces inflan la verdad debido a la tendencia de encontrar algo que decir sobre un producto que capte la atención y motive la respuesta de la audiencia.La publicidad refleja el marketing y la ética de negocio de sus clientes y, debido a su visibilidad, a veces es censurada por vender productos polémicos, inseguros o peligrosos.



Una filosofía corporativa basada en los valores éticos, motiva a una empresa a realizar una función útil dentro de la sociedad y lograr un impacto positivo en lugar de negativo en ella, y eso incluye su publicidad, así como otras prácticas de negocio. El juicio personal y el razonamiento moral descansan en un sentido intuitivo de lo correcto y de lo incorrecto, una guía moral que dice cuándo una idea es engañosa, insensible, demasiado prometedora o manipuladora.
Individuos y colectividades, asociaciones y empresas, fundaciones e instituciones preocupadas por el crecimiento del ser humano y por el entorno donde habita, cuando necesiten publicitar algo, deberían interesarse por realizar una publicidad con ética. Luchar contra el hambre en el mundo a través de una campaña elaborada por una agencia de publicidad que a la vez tiene como clientes a empresas causantes en gran medida de tal situación de injusticia, resulta cuanto menos chocante, por no decir incoherente y un tanto hipócrita. Si de veras se quiere apoyar un nuevo estilo de hacer las cosas y de relacionarse con el otro y con lo otro, donde la ética y la justicia no sean mero adorno lingüístico, es fundamental tener una visión de conjunto, y conocer las conexiones entre los diferentes ámbitos de la realidad para que no se nos "cuele" ninguna etapa insolidaria. Uno de esos ámbitos estaría copado por la publicidad con ética.


 La exigencia de veracidad propia de la comunicación no significa que la información facilitada tenga que ser siempre absolutamente exacta. El requisito de exactitud es propio de la comunicación científica, aunque también es válido en el caso de informaciones que contengan datos que puedan darse con precisión y sean relevantes para el contenido de la comunicación. Pero en muchos otros casos solemos admitir para margen de maniobra respecto a lo que significa la exigencia de verdad, sin que se llegue a abandonar nunca. Así, por ejemplo, cuando nos presentamos solemos seleccionar la información que damos de nosotros mismos, como cuando redactamos un currículum: no es aceptable poner datos falsos pero sería absurdo incluir en él nuestros defectos. 

Procuramos también causar buena impresión a los demás, embelleciendo nuestra apariencia, o procurando que perdure, por ejemplo al acentuar nuestros rasgos más originales o mejores. Según la ocasión y la intención, una broma o una exageración harán más grata nuestra comunicación. Este tipo de recursos son los que sin duda infinitamente más perfeccionados utiliza la publicidad a la hora de crear y difundir sus mensajes. Ciertamente esos mensajes responden al interés de quien los paga el anunciante y por lo tanto es justo que lo sepamos para poder evaluar adecuadamente su contenido, por lo que la exigencia de identificación se convierte en fundamental en la comunicación publicitaria. Esta comunicación, siempre que esté debidamente identificada y sujeta a ciertas consideraciones de forma y contenido, es una forma tan legítima de comunicación como cualquier otra.

El contenido de los mensajes publicitarios no debe ser discriminatorio. Esto quiere decir que no debe menospreciar a ninguna persona o grupo de personas por su raza, sexo, origen, religión o cualquier otro motivo. Este principio ético parece ser bastante claro. Sin embargo, a veces se presta a cierta confusión. ¿Quiere decir que un restaurante conocido por sus platos típicos de tal o cual grupo étnico no podría mencionar en su publicidad que todos sus cocineros son miembros de este grupo? La respuesta es que el principio ético no prohíbe este tipo de publicidad. En el contexto del principio, la palabra discriminatorio debe entenderse en un sentido peyorativo. .
Es muy importante el siempre tener una conciencia de lo que se está comunicando, el ser empáticos y ponernos en el lugar del consumidor y preguntarnos ¿Qué es lo que voy a ver?. Para así, poder tener una visión amplia y responsable acerca del uso correcto de la publicidad.

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