martes, 11 de junio de 2013

"El Ombudsman como el modelo de la verdad"


En México, los medios de comunicación han adquirido un marcado protagonismo en la sociedad, por lo que se les ha brindado un lugar dentro de la jerarquía de dominio, encontrándose estos dentro del cuarto poder.

Esto se origina, debido a la influencia que tienen sobre las personas, modificando o nutriendo la opinión pública, todo depende del tratamiento que se le dé a la información.

Al no existir mecanismos que autorregulen el ejercicio profesional en nuestro país, la manipulación de la información suele hacerse más notoria y provoca graves problemas en la comunicación social y democrática.

En América Latina, diversos países han buscado mejorar esta situación adquiriendo la institución del Ombudsman, idea que los ha llevado hacía un progreso, mantenimiento y fortalecimiento del bien informativo.

Por ejemplo, Perú es uno de los países que ha acuñado este arquetipo, creando mecanismos de autorregulación que se dividen en mecanismos generales a nivel profesional, mecanismos internos desde los propios medios y otros mecanismos.

Es necesario dejar en claro lo que Ombudsman significa, este concepto se refiere a la persona que investiga y recibe las quejas de los consumidores, al igual que sirve de intermediario entre los receptores y los emisores de un medio.

Sus orígenes se remontan al siglo XVI y es una contribución de Suecia a la defensa universal de los derechos humanos.

Esta figura representativa dentro de una organización, tiene la función de otorgarle independencia, libertad, justicia y verdad a la información. Para lograr esto, se requiere de un arduo proceso, en el que el Ombudsman revisa y selecciona el material de cada uno de sus colaboradores, con el fin de mostrar una excelencia profesional ante los lectores.

Gracias a estas acciones, la organización mejora su calidad informativa y ofrece ante la comunidad una buena imagen al medio. Como resultado, surge la efectividad  gracias a la sinergia entre el medio y la audiencia.

Dentro de los beneficios que otorga el Ombudsman, podemos encontrar la auto crítica  el diálogo interno, la independencia, la calidad moral, la autonomía, la eficacia al ciudadano y la representación de los lectores.

Pero lo que realmente nos importa es la situación de México, está más que claro que la implementación del Ombudsman requiere de un mayor esfuerzo, tanto del gobierno como de la sociedad y nosotros estamos muy lejos de este ideal.

Lamentablemente, en nuestro país no existen alternativas que nos permitan fortalecer a los medios, todo lo contrario se desea hacer de ellos simples aparatos vacíos de razón y llenos de mentiras.

La situación está así, los medios rechazan las críticas y no las atienden, lo que deriva la poca cultura profesional.

Tan acostumbrados estamos a la deficiencia, que al momento de querer promover nuevos proyectos, nos mostramos renuentes ante ellos por la falta de credibilidad.

El camino por recorrer para llegar a formar el modelo del Ombudsman en México es muy largo más no imposible, se necesita de compromiso y dedicación.

No es tarea de una sola persona, es la unión de todo el país para progresar juntos y avanzar grandes distancias con el mismo fin.

Para concluir, puedo decir que el defensor de la audiencia es sumamente eficaz para el adecuado funcionamiento de cualquier entidad, pero quien esté a cargo debe responsabilizarse con su tarea. Y la preparación no consiste únicamente en el tratamiento de la información, sino en crear un agradable ambiente laboral. 

Se trata de un líder nato que provea de herramientas para la formación del criterio de la audiencia y de sus trabajadores.

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